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@gentlemendrive

Copa George Boillot 1922

Hispano Suiza H6 "Boulogne"


El nombre Boulogne acuñado a toda una serie de vehículos de tipo más deportivo de la marca Hispano Suiza tiene su origen en la Copa George Boillot de 1922; una competición automo- vilística celebrada en la localidad francesa de Boulogne. Un o antes, en 1921, André Dubonnet se proclamó vencedor en la misma competición y debido a la repercusión mediática que tuvo, la sucursal francesa de la Hispano Suiza decidió apoyar sus aventuras deportivas e incluso atender a las sugerencias de su piloto para mejorar las prestaciones de sus automóviles. El departamento técnico de la fábrica Hispano Suiza de Bois-Colombes trabajó a fondo para mejorar el mo- tor aumentando el diámetro de los pistones, subiendo su cilin- drada e incrementando la compresión. También para mejorar el reparto de pesos desplazaron el conjunto motor y cambio situándolo justo detrás de eje delantero. A la vez, el chasis se acortó y se incorporó un gran depósito de combustible de 200 litros mejorando su autonomía pero también para llegar a los 1800 kg mínimos exigidos por reglamento. También incor- poraron unos nuevos bujes de tuercas rápidas así como una nueva clase de llantas y neumáticos que mejoraban tanto la fiabilidad como la seguridad en altas velocidades. Con estas especificaciones se construyeron 5 unidades (por eso sólo vamos a fabricar 5 unidades de la versión Boulogne del Hispano Suiza Carmen) con los números de chasis 10.461, 10.462, 10.463, 10.464, 10.465. Cuatro de ellos fueron inscritos oficialmente por Hispano Sui- za para la Copa Boillot en Boulogne de 1922. Inicialmente los pilotos fueron Paul Dubonnet (hermano de André), Robert Masse, Maurice Becquet y André Dubonnet. Sin embargo en los entrenamientos sólo estuvieron los hermanos Dubonnet. La estética de los vehículos cumplía todos los cánones de os coches de carreras de la época, carrocería husiforme y cola bordino. También incorporaban unos funcionales guardaba- rros que fueron de vital utilidad durante una carrera que fue de todo menos tranquila. A última hora se anunció que el Hispano Suiza inscrito por Paul Dubonnet con el número #1 sería conducido por el vete- rano piloto Paul Bablot; que además era el representante de la marca en Marsella. Era un piloto muy popular ya que había cosechado numerosos triunfos durante su carrera deportiva. El 30 de Julio de 1922, el día de la carrera amaneció lluvioso y con una intensa niebla que hacía imposible el desarrollo de la prueba por culpa de la escasa visibilidad. Los organizado- res decidieron retrasar la salida una hora pero no cancelar la carrera aunque las condiciones eran totalmente adversas. Muchos corredores desisten pero a las 9h el Hispano Suiza de Paul Bablot arranca luciendo el dorsal #1. Le siguen los 6 ve- hículos más que parten en intervalos de 2 minutos. A parte de los dos Hispano Suiza, salen un Ballot, dos Chenard- Walker y dos La Ponette. La batalla en la pista es épica, y los pilotos tienen que lidiar con unas circunstancias totalmente adversas fruto del agua, el barro y la niebla aunque las velocidades medias superan los cien kilómetros por hora. No obstante pocos pilotos se salvan de las averías o los accidentes. André Dubonnet se estrelló con un árbol mientras pilotaba en las primeras posiciones. Tam- bién el Ballot de D’Espel chocó contra un muro destrozando el vehículo aunque ambos accidentes no acusaron gravedad alguna para los pilotos. Al final, la experiencia de Paul Bablot se impuso comple- tando las 10 vueltas reglamentarias en 3h y 36 minutos a una velocidad media de 103,7 km/h. Detrás suyo sólo pudo terminar un vehículo. El Chenard Walker de André Lagache que completó las 10 vueltas en 4h y 55 minutos. La victoria de Hispano Suiza y Paul Bablot fue incontestable. La prensa de la época se hizo eco de la gran efeméride y el gran Faroux uno de los grandes periodistas deportivos de aquellos tiempos escribía: “Por segunda vez consecutiva Hispano Suiza gana la Copa Boillot sobre el circuito de Boulogne-sur-Mer” e hacía hinca- pié en la dureza de la carrera y sus condiciones extremas mine- ras que ensalzaba la osadía del veterano piloto haciendo volar su Hispano Suiza a velocidades superiores a los 170 km/h así como la tecnología y fiabilidad de su bólido. “Al abrir el capó del coche de Bablot después de la carrera, no había ni una gota de aceite, parecía el motor de un coche que iba a partir para el Salón”. (revista L’Auto 31 Julio de 1922). Después de la victoria en la Copa Boillot, las versiones depor- tivas del modelo H6 despertaron la mucha admiración entre los clientes y los aficionados de la marca y muchos solicitaron coches iguales a los que habían corrido en Boulogne. Así pues la marca se planteó su producción comercial construyendo una primera serie de 25 unidades. Así comenzó la saga de un modelo que llegó a alcanzar un gran renombre dentro de la historia de Hispano Suiza; ya bajo la denominación oficial “Tipo Boulogne”.


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