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Rolls Royce Cullinan Black Badge (Test DRIVE)

Test Drive (Spanish & English) (2022) by Oriol Vilanova


Cuando Rolls Royce llama a tu puerta para invitarte a probar su gama de vehículos sabes de antemano que la experiencia va a ser superlativa. Y es que una marca que lleva tantos años en la cúspide del automoción sabe cuidar todos los detalles tanto dentro como fuera del coche.

Además, descubrimos mucha información que fue reafirmarel porqué siguen siendo los líderes del segmento más lujoso del mercado. Los años 2020 y 2021 han sido años de récord para todas las firmas más codiciadas. Y Rolls Royce ha batido todos sus récords de ventas durante la pandemia. Quizás el “lock- down” que sufrieron nuestras sociedades ayudaron a mucha gente a reordenar sus prioridades, a saber valorar todo lo que habíamos podido disfrutar pero también a reconocer todo aquello que no nos atrevimos a hacer. Una especie de reflexión que ha vuelto a poner por delante la filosofía del “carpe diem”.

Nuestras vidas no son perennes, sino pasajeras y transitorias por lo que debemos disfrutar cada instante. De todas y cada una de las oportunidades que la vida nos ofrece. No debemos tener miedo a las experiencias, sino abrazarlas y enriquecernos con ellas.

Y Rolls Royce sabe mucho de esto. Y no sólo hablo de la expe- riencia detrás del volante, ni siquiera la experiencia de ir con chófer. La experiencia de Rolls Royce empieza cuando uno se decide en comprar una unidad y tiene la oportunidad de traba- jar con la marca y el talento de sus asesores para configurarseel vehículo a su medida y hacer del proceso de compra toda una trayecto fascinante. Recuerdo muy bien las palabras de Horacio Pagani, cuando lo entrevisté hace tiempo (*). Me decía que la mayoría de sus clientes disfrutaban más del proceso de construc- ción de su vehículo que cuando el coche estaba ya terminado y aparcado en sus garages. La experiencia de ver nacer y seguir su propio proyecto les hacía ordenar otro vehículo a los pocos meses de tener en casa su flamante Pagani. Y para la mayoría de los clientes de Rolls Royce es lo mismo. La experiencia y las mariposas en el estómago empiezan el primer día que uno decide en adquirir uno; pero quizás este estado excitación se alarga du- rante toda la vida útil del vehículo. Y es que subirse a un Rolls Royce, ha sido, y continua siendo una experiencia que te atrapa. El olor del cuero, el suave tacto y calidad de sus materiales, su elegante robustez, ... son algunas de las sensaciones que en se- guida te fascinan. Pero también su diseño, sus prestaciones y su imagen; que siendo fiel a su más auténtico ADN, se ha sabido adaptar a los tiempos y aunque manteniendo una imagen atem- poral ha sabido atraer a nuevas generaciones. Pues seguramente os sorprenderías si os dijera que la media de edad de los clientes de Rolls Royce se encuentra en la franja de los 30 a los 40 años. Ah, y con un porcentaje de mujeres que va “increscendo” y que llega casi a la paridad. Y es que las mujeres siempre han sabido escoger mucho mejor que nosotros.



Aún me acuerdo cuando se filtraron las primeras imágenes del Cullinan. Seguramente era a finales de 2017 ya que el modelo se presentó oficialmente en el Concorso d’Eleganza Villa d’Este de 2018. Estratégicamente era un movimiento lógico y acertado para una marca como Rolls Royce. Un SUV de lujo encajaba perfectamente con la filosofía y el ADN de la marca; incluso con su heritage. Además disponían de todo el expertise de BMW en este terreno. No obstante, me acuerdo que fui algo crítico con el aspecto del vehículo. Las primeras fotografías seguramente no le hicieron justícia, ya que lo ví tremendamente “boxy” y algo tosco. Sin embargo todo cambió la primera vez que lo ví en persona. Sus proporciones mejoraron así como mi valoración. Que sin duda siguió mejorando (y de qué manera) cuando he tenido la oportunidad de probarlo. Es en esta situación donde realmente entiendes el porqué de un automóvil. Y el Rolls Royce Cullinan “Black Badge” de esta prueba está concienzudamente estudiado en cada uno de sus detalles.


Al subirte en seguida te das cuenta de que estás dentro de un coche especial. Y es que sensorialmente es un placer para todos los sentidos. Visualmente todos sus acabados son de un nivel sin igual. Pues se percibe el buen hacer de un acabado manual de Rolls Royce pero con la exigencia productiva de BMW. O sea lo mejor de dos maneras de trabajar pero con un único objetivo,la búsqueda de la excelencia y la perfección. El olfato también recibe sus dosis de estimulación con agradables aromas de pieles naturales y maderas nobles; aunque en el Black Badge han sido reemplazadas por inserciones de fibra de carbono.

Pero es sin duda es con el tacto donde experimentamos más diferencias con un automóvil convencional. Incluso al abrir la puerta para entrar te das cuenta que estas delante de algo espe- cial. Después el tacto del volante, a parte de la suave piel uno se da cuenta de la solidez de todo el package al primer kilómetro de manejar el auto. Pero cualquier detalle, por pequeño que sea nos brinda una experiencia “per se”. Como los pulsadores de las salidas de aire del salpicadero. Fabricadas en una pieza de metal mecanizada, su accionamiento es una reivindicación del mejor “savior-faire” y un guiño a la tradición y al heritage de la marca.


Por otro lado, qué decir del sonido del su V12. Evidentemente la acústica del Cullinan así como la de todos los Rolls Royce está optimizada para absorber todos los ruidos que nos puedan venir del exterior. Por lo que la música de su V12 queda excluida y la podemos deleitar en su punto justo, sin sobresaltos ni estriden- cias pero con toda la armonía de la mejor música de Bach.


El Cullinan es un vehículo grande, con más de 5 metros de longitud y 2 metros de anchura; pero al conducirlo te das cuenta que su tamaño impone más desde fuera que no detrás de su volante. Incluso sus 2,7 toneladas de peso no condicionan el carácter del coche, que gracias a su imponente par motor de 900 Nm y sus casi 600 CV de potencia hacen que el Cullinan sea tremendamente dinámico y efectivo tanto en carreteras de montaña como en autopista. Podemos afirmar que su aspecto engaña y que sus prestaciones superan todas las expectativas. Es un vehículo tremendamente cómodo, preciso y muy firmeen cualquier situación y estilo de conducción ya que te permite disfrutar de una conducción sosegada y tranquila pero también responde a las exigencias de una conducción más deportiva, nerviosa y exigente. Un SUV que nació para sentar las bases de lo que realmente tiene que ser un 4x4 de hyper lujo y que ya se ha convertido en todo un super ventas.





English text:


When Rolls-Royce comes knocking to invite you to test drive their range of vehicles, you know in advance that the experience is going to be superlative. A brand that has been at the pinnacle of the automotive world for so many years knows how to take care of every detail, both inside and outside the car.

Moreover, we discovered a wealth of information that reaffirms why they continue to lead the most luxurious segment of the market. The years 2020 and 2021 have been record-breaking for all the most coveted brands, and Rolls-Royce has shattered all its sales records during the pandemic. Perhaps the lockdown our societies endured helped many people reorder their priorities, valuing what we had been able to enjoy but also recognising what we had not dared to do. A kind of reflection that has brought the philosophy of "carpe diem" to the forefront.

Our lives are not everlasting; they are fleeting and transient, so we must enjoy every moment and every opportunity life offers us. We should not fear experiences but embrace and enrich ourselves with them.

And Rolls-Royce knows a lot about this. And I’m not just talking about the experience behind the wheel, nor even the experience of riding with a chauffeur. The Rolls-Royce experience begins when one decides to buy a unit and has the opportunity to work with the brand and the talent of its advisors to configure the vehicle to their specifications, making the purchasing process a fascinating journey. I remember very well the words of Horacio Pagani when I interviewed him some time ago (*). He told me that most of his clients enjoyed the process of building their vehicle more than when the car was finished and parked in their garages. The experience of seeing their project come to life made them order another vehicle just a few months after receiving their brand-new Pagani. For most Rolls-Royce clients, it’s the same. The experience and butterflies in the stomach begin the first day one decides to acquire one; this state of excitement might last throughout the vehicle's entire lifespan. Getting into a Rolls-Royce has always been, and continues to be, an experience that captivates you. The smell of the leather, the smooth touch and quality of its materials, its elegant robustness—these are some of the sensations that immediately fascinate you. But also its design, its performance, and its image; staying true to its most authentic DNA, it has adapted to the times and, while maintaining a timeless image, has attracted new generations. You might be surprised if I told you that the average age of Rolls-Royce clients is between 30 and 40 years old. Ah, and with a percentage of women that is steadily increasing, almost reaching parity. And women have always known how to choose much better than us.

I still remember when the first images of the Cullinan leaked. It was probably late 2017, as the model was officially presented at the 2018 Concorso d’Eleganza Villa d’Este. Strategically, it was a logical and correct move for a brand like Rolls-Royce. A luxury SUV fit perfectly with the brand's philosophy and DNA, even with its heritage. They also had all of BMW's expertise in this area. However, I remember being somewhat critical of the vehicle’s appearance. The first photographs probably didn’t do it justice, as I found it tremendously "boxy" and somewhat coarse. But everything changed the first time I saw it in person. Its proportions improved, as did my assessment. This improved dramatically when I had the opportunity to test drive it. It is in this situation that you truly understand the purpose of an automobile. The Rolls-Royce Cullinan "Black Badge" from this test drive is meticulously designed in every detail.

Upon getting in, you immediately realise you are inside a special car. Sensorially, it is a pleasure for all the senses. Visually, all its finishes are of an unparalleled level. You can perceive the craftsmanship of a Rolls-Royce finish but with the production demands of BMW. In other words, the best of both worlds, with a single objective: the pursuit of excellence and perfection. Your sense of smell also gets its dose of stimulation with pleasant aromas of natural leathers and fine woods, although in the Black Badge, these have been replaced by carbon fibre inserts.

But it is undoubtedly with the sense of touch that we experience the most differences from a conventional automobile. Even when opening the door to get in, you realise you are facing something special. Then, the feel of the steering wheel—aside from the smooth leather, you notice the solidity of the entire package within the first kilometre of driving. Every detail, no matter how small, offers a unique experience. Like the metal push buttons on the dashboard air vents. Made from a single piece of machined metal, their operation is a testament to the best savoir-faire and a nod to the brand's tradition and heritage.

On the other hand, what can be said about the sound of its V12? Naturally, the acoustics of the Cullinan, like all Rolls-Royces, are optimised to absorb all external noise. The music of its V12 is thus isolated, allowing us to enjoy it to the fullest, without sudden noises or stridency but with all the harmony of the best Bach music.

The Cullinan is a large vehicle, over 5 metres long and 2 metres wide, but when driving it, you realise its size is more imposing from the outside than from behind the wheel. Even its 2.7-tonne weight does not compromise the car’s character, which, thanks to its impressive torque of 900 Nm and nearly 600 HP, makes the Cullinan tremendously dynamic and effective on both mountain roads and motorways. We can say that its appearance is deceiving and that its performance exceeds all expectations. It is an extremely comfortable, precise, and very firm vehicle in any situation and driving style, allowing you to enjoy a calm and relaxed drive but also responding to the demands of a more sporty, nervous, and exacting drive. An SUV that was born to set the standard for what a hyper-luxury 4x4 should be and has already become a best-seller.









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