¿Cómo será el futuro de la movilidad después del Covid?
Me acuerdo que hace unos años regresé del Salón de Paris con una idea muy clara en la cabeza. El futuro de la automoción sería autónomo y las plataformas de car sharing serían las protagonistas de abanderar este cambio de paradigma en el sector. Se pasaba de vender y ser propietario a ofrecer un servicio, compartir y ser usuario. Incluso escribí un artículo que tuvo enrome aceptación donde describía de una forma más detallada esos cambios y como algunos tics de los grandes fabricantes, algo nerviosos en aquel momento, empezaban a ver, aunque a regañadientes, un cambio colosal que podía acabar con los gigantescos conglomerados sino reaccionaban a tiempo. La mayoría empezaron a coger posiciones comprando e invirtiendo (a veces por precios exageradamente altos) algunas plataformas de car sharing; la mayoría de las cuales, start-ups todas, aún arrastraban números rojos.
Sin embargo ese era el camino independientemente de la tecnología que se acabará imponiendo; motores eléctricos, de combustión, híbridos, hidrógeno… daba igual. El cambio real no era en la tecnología sino en el formato de uso. Y aunque como muchos sabéis, soy un loco romántico que le encanta conducir; sabía y sé, que el coche autónomo se acabará imponiendo. Al fin y al cabo más del 80% nuestros trayectos son simples desplazamientos, conmutar de A a B, con tráfico y sin apenas disfrute al volante. Para aquellos que nos les gustan los coches (muchos más de los que nos pensamos) este porcentaje sería del 100%. Para muchos un coche que vaya sólo es un alivio, aunque para otros el proceso de aceptación nos provocará algo de stress. Pero en definitiva tener un "coche chofer” no es tan mala idea para el día a día. Si quieres un servicio más VIP te darás de alta en una marca premium y si por lo contrario te prima más el precio que la comodidad, habrá plataformas más mainstream. Un poco como pasa con Uber, pero sin conductor.
No obstante, todo este ecosistema que mentalmente muchos ya teníamos construido y en el que muchas marcas ya habían invertido muchísimos millones puede quedar truncado y cambiar de la noche a la mañana por culpa de un pequeño elemento; minúsculo. Algo microscópico que quizás habíamos minimizado cuando lo teníamos lejos y que quizás estemos magnificando ahora que lo tenemos encima. Sí, el dichoso Coronavirus está haciendo cambiar y va a cambiar muchas cosas. El miedo al contagio va a reactivar el uso de vehículos privados y por extensión la compra de ellos. Muchos millenials que ni se planteaban el tener un coche en propiedad van a cambiar el chip. De hecho ya está pasando en China. ¿Qué va a pasar con las plataformas de car sharing y de movilidad compartida? ¿Qué va a pasar con los actores que tenían que implementar la nueva movilidad del futuro? Sin duda tienen, a día de hoy, un futuro muy incierto y seguramente sus valoraciones habrán bajado en caída libre durante las últimas semanas. Quizás nuestra sofisticada economía ha estado basada demasiado en hipótesis futuras que sin tener consistencia suficiente han sido el polo de atracción de inversores e inversión. Igual nada cambia, pero si el virus ha venido para quedarse sin que aparezca una solución médica para hacerle frente en los próximos meses me temo que nos tendremos que volver a replantear el futuro de nuestra movilidad una vez más. Si no os gustan los cambios espero que la incertidumbre no os arrastre al pesimismo; y si os gustan…bienvenidos a mi club. Es una nueva oportunidad para crear, para volver a diseñar un nuevo futuro. El futuro es siempre una página en blanco en la que todos estamos invitados a escribir algo. ¿Os atrevéis a un nuevo reto?
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