Mclaren 570S Spider
"Una auténtica fábrica productora de hormónas de la felicidad"
Hace ya varios meses, quizás medio año, que probamos el Mclaren 570S Spider. Aquí el artículo que escribió Oriol Vilanova publicado en el número #31 de nuestra revista:
Desde siempre he sido Ferrarista y esto hecho, seguramente, condicionaba la prueba con el Mclaren 570S Spyder y la sometía a un análisis mucho más crítico y exigente. Me esperaba un buen coche, seguramente muy rápido y muy eficaz, pero sin alma. Un interesante deportivo pero que quedaba lejos de poder hacerle sombra a los míticos coches de Maranello.
Nada más lejos de la realidad. El 570 Spyder supera todas las expectativas por muy alto que pongas el listón de calibrar. Además su poder de atracción va "increscendo", la cual cosa engancha y hace que el enamoramiento llegue a estadios de cuelgue total.
Lo primero que sorprende cuando una accede a su interior a través de sus espectaculares "dihedral doors", es su nivel de acabado. Impecable. El acabado de la piel y sobretodo el "fitting"entre los distintos materiales es digno de alabar. Carbono, metal y piel se combinan de una forma limpia y armoniosa. Un interior tecnológicamente sobrio, un diseño envolvente y muy ergonómico que permite una conducción veloz e intuitiva. Quizás el único "pero" lo encontramos en los ajustes del asiento, de difícil acceso y difícil manejo, con lo que cuesta encontrar el reglaje ideal la primera vez que uno se pone detrás del volante. Por mi altura me hubiera gustado un poco más de banqueta, pero en definitiva es un súper deportivo cómodo de conducir incluso a diario o durante largas jornadas de carretera.
Una vez ajustado el asiento y optimizado la buenísima posición de conducción todo se prepara para lo mejor. Arrancar el motor. El sonido es embriagador y los pelos empiezan a erizarse. El 570S empieza a adquirir vida. El cockpit aunque espartano transmite seguridad gracias a su chasis o estructura central tipo bañera en carbono, que a parte de ser extra ligera transfiere una rigidez óptima al conjunto. También la visibilidad es una de los signos de identidad de la marca inglesa, algo que consideran desde los primeros estadios del diseño, con unos pilares anteriores algo más finos y una línea de cintura más baja en la parte delantera para permitir apuntar los apex de las curvas con mejor precisión. Es que al fin y al cabo, el ADN de Mclaren es la competición y el 570S hereda muchos de estos rasgos. Un coche de carreras de calle con un motor de V8 biturbo de 3,8 litros de cilindrada y 570 CV.
Evidentemente son cifras de escándalo para la mayoría que utilizamos utilitarios en nuestro día a día pero sólo son cifras y el Mclaren es mucho más que sólo números. Las sensaciones que produce son de las que provocan sonrisas, adrenalina y satisfacción. Mucha satisfacción. Hace poco leí uno de esos estudios politizados donde se hablaba de los beneficios de ir al trabajo en bicicleta en Barcelona. Una campaña de marketing disfrazada para fomentar el Bicing y justificar los aberrantes carriles bicis que la señora alcaldesa ha construido por las calles más insospechadas de nuestra ciudad. Pues bien, nos vendían la moto diciendo que los ciclistas eran mucho más felices, tenían menos estrés y hasta que su vida sexual había mejorado.
Pues que se queden con las bicicletas, porque el día que prueben un Mclaren descubrirán la verdadera felicidad. Conocerán el auténtico placer de desplazarse. Se enamorarán de una auténtica fábrica productora de endocrinas, seratonina y dopamina por igual. ¡Seguid pedaleando amigos!
Diseño
El diseño del 570S Spider es atrevido y no pasa desapercibido por ningún sitio. Evidentemente es una marca relativamente nueva por lo que también despierta mucha curiosidad y de momento, poca envidia, ya que la marca Mclaren tiene aún una imagen muy fresca.
El conjunto de sus líneas, superficies y volúmenes gusta mucho más en realidad que en fotografía. El coche tiene una imagen de aplomo en el asfalto descomunal y un aspecto atlético y musculoso. El contraste de la unidad probada con una pintura rojo intenso y el negro de las piezas en carbono y la canalización lateral del aire le daban al coche un aspecto muy atractivo.
En un primer momento el exceso de líneas curvas hace que el diseño se vea algo cargado pero al fin y al cabo te das cuenta que ninguna de ellas es gratuita por lo que el conjunto cobra otro significado. También el interior sigue las mismas reglas del juego, líneas envolventes en un interior muy sobrio gracias a la integración de todos los sistemas interface en una sola pantalla táctil (IRIS) donde uno puede controlar desde la radio hasta la temperatura del habitáculo. Detrás del volante los relojes analógicos se han sustituido por una pantalla digital TFT mucho más acorde con la filosofía tecnológica de la marca de Woking. En el túnel central entre los asientos hay dos mandos giratorios donde controlar la respuesta dinámica tanto del chasis como del motor. En la de Handling cambiamos la dureza de la suspensión, mientras en la de Powertrain ajustamos la respuesta mecánica y la velocidad del cambio. Ambas ruedas disponen de tres posiciones; Normal, Sport y Track. ¿Supongo que imagináis en qué modalidad hicimos mas kilómetros, verdad?
Pues sí, la normal ni la tocamos. Aunque con el Handling en modo Track uno se convierte en tartamudo después de varios kilómetros. Recomendaríamos la modalidad Sport para exprimir de una forma sensata el vehículo pero cuando uno prueba la modalidad Track, quedas hipnotizado por el sonido, que se convierte en un poderoso rugido pero que a la vez es música para los que sabemos apreciar el sonido de un buen motor 8 cilindros.
La conducción del 570S Spider es sobresaliente. Se puede ir muy muy rápido y el coche transmite muy bien todo lo que pasa en la superficie. El centro de gravedad es muy bajo, la rigidez del chasis es fenomenal y uno se olvida por completo que está conduciendo un coche abierto, pues ni asomo de extrañas torsiones incluso en conducción deportiva por carreteras de montaña ni a alta velocidad en curvas rápidas.
Su aceleración catapulta al Mclaren hacia delante con la misma fuerza que tu cuerpo queda aplastado en el asiento y es que tan sólo necesita 3,2 segundos para llegar a los 100 km/h y menos de 10 para sobrepasar los 200 km/h. Un misil balístico capaz de llegar a velocidades superiores a los 325 km/h. Pero también sus frenos tienen un funcionalmente acorde con las prestaciones del vehículo, sus discos cerámicos y sus pinzas de 6 pistones delante y 4 detrás detienen al pequeño Mclaren en tan sólo 32 metros pasando de 100 a 0 km/h. O sea que si llevas peluquín tendrás que preocuparte tanto cuando aceleres como cuando frenes.
Le hice muchos kilómetros y es que es un coche que te invita a conducir porque lo disfrutas, porque te transmite mucho y porque te da constantemente buenas sensaciones. Lo probé en una de esas salidas de infarto que hacemos cada mes con mis colegas de los coches. La sorpresa siempre está a ver con qué modelo llega cada uno. Ese día nos juntamos nada menos que un par de Lancia Delta Integrale EVO1, un Porsche 911 Carrera 4S y un Porsche 356 SC. Pero evidentemente el Mclaren los eclipsó acaparando la atención de todos. Al cabo de un rato uno de mis amigos llegó con otro Integrale EVO pero la versión Martini y me aguó un poco la fiesta, pero me cobré la revancha adelantándolo durante la ruta. Ese día lo exprimí bien hasta que en un momento de lucidez me acordé que el coche no era mío y lo tenía que devolver intacto. Aminoré, le di al botón para abrir la capota y empecé a disfrutarlo de forma algo más relajada.
Como conclusión diremos que es un coche redondo, con prestaciones que se asemejan a rivales de más entidad pero que en contrapartida es un vehículo fácil de llevar en todas condiciones lo que lo convierte en un serio rival para los que aún creen que Porsche es el único coche deportivo para usar todos los días.
Km iniciales: 753
Km finales: 1920
Km totales: 1167
Texto y Fotografías: Oriol Vilanova (@oriol.vilanova)
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